El 5 de octubre celebraremos el vigésimo aniversario de la instauración del Día
Mundial de los Docentes. En esta fecha se conmemora la aprobación, en
1966, de la Recomendación conjunta de la OIT y la UNESCO relativa a la
situación del personal docente. Esta recomendación es moralmente
vinculante para todos los países.
Son numerosos los países donde la calidad de la
enseñanza se ve afectada por la escasez de maestros. y esos profesores son
indispensables para alcanzar la educación primaria universal de aquí a
2015.
A la escasez numérica se añade el problema de la
calidad: con suma frecuencia, los docentes tienen que desempeñar su
labor sin los recursos necesarios ni la capacitación adecuada. Es un
desafío de gran importancia, porque actualmente nos enfrentamos a una
crisis mundial en materia de aprendizaje: hay 250 millones de niños que
no logran adquirir las competencias básicas de lectura y escritura.
A medida que los
países apresuran el paso con miras al año 2015 y que se van elaborando
los nuevos programas de desarrollo, es fundamental que los docentes
sigan recibiendo atención prioritaria, para reforzar la eficacia de la labor pedagógica:
- Condiciones de empleo favorables, lo que incluye contratos y salarios
adecuados, y perspectivas de carrera y promoción profesional.
- Buenas
condiciones laborales, basadas en la creación de un contexto
escolar
propicio a la enseñanza.
- Capacitación previa y durante el ejercicio
del magisterio, basada en el
respeto de los derechos humanos y los
principios de la educación
integradora.
- Gestión eficaz, que
abarque la contratación y asignación geográfica del
personal docente.

En este Día Mundial de los Docentes, la UNESCO y sus
asociados exhortan a todos a que contribuyan a difundir el mensaje de
que la inversión en los docentes es fundamental. A fin de cuentas, la
calidad de cualquier sistema educativo depende de la calidad de sus
docentes.
Los docentes constituyen una inversión en el futuro de los países. Es
imposible prever lo que los niños de hoy tendrán que afrontar durante su
vida adulta, de modo que los docentes de ahora y de mañana necesitan
las competencias, los conocimientos y el apoyo que les permitan
satisfacer las distintas necesidades de aprendizaje de cada niña y niño
de hoy.
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